PASEAR POR EL CEMENTERIO
El cementerio, me parece un lugar agradable para pasear.
Hay muy poca gente, hermosos arboles, el ruido del transito ni se escucha.
Además, es bueno ir acostumbrándome.
Hay una ligera probabilidad que algún día, quizás, yo tenga que hacer cambio de domicilio y pasar algún tiempo viviendo (¿?) en un cementerio.
Puedo caminar despacio, leyendo nombres, fechas, recordatorios.
Todas las lapidas demuestran un enorme amor.
Es raro que no haya gente mala entre los difuntos o por lo menos que nadie tenga que recriminar algo.
No sé, una traición, alguna mentira, una pequeña deuda.
Son todas loas y alabanzas.
También me interesa mirar las dos fechas que figuran en casi todas las lapidas.
Y hacer cálculos.
En algunos tumba hay matrimonios.
En estos casos, el caballero no le cede el paso a la dama.
En la mayoría muere el hombre primero.
Y bastante años después, la viuda inconsolable, acepta hacerle compañía.
La cosa es que llega un día, una edad, que estas tan cansado, te duele tanto el cuerpo, no hay nada en la tele, lo único que queres es que el sufrimiento termine.
Lo pensas mucho y a veces los decís en voz alta: “esto no es vida”, “no aguanto mas”, “para vivir así prefiero la muere”.
Entonces, La Muerte viene.
Con Su herramienta, tan original y anacrónica.
Con sus huesos y su ropita raída.
Y es en ese momento que uno se muere.
Entonces, dicen:
“- Descansa en paz el sueño eterno”.
Parece confortable, cómodo.
Una verdadera publicidad de colchones.
Colchones El Sueño Eterno
Y uno no esta más.
Suena raro.
No estar.
No hay mas tiempo, no hay mas días.
Queda un recuerdo que se ira borrando
Un dolor que pasara mas o menos rápido.
Y ya esta.
De alguno quedara un libro, un adelanto científico, una guerrita ganada.
Y entonces te convertirás en el nombre de una calle, de una escuela, de un pueblito polvoriento, con gente durmiendo la siesta.
Y en pocos años los estudiantes tendrán que aprender y repetir de memoria los datos más fastidiosos y menos interesantes de tu vida.
O habrá un monumento que cagaran los pájaros y los amantes usaran como lugar de encuentro.
Algo de tu material genético, de tu energía, seguirá expandiéndose con las galaxias.
También hay la posibilidad del Dalai Lama o El Paraíso con vírgenes y miel.
Ni mencionar el fuego y las cadenas. Por favor, estamos entre gente decente.
Pero hay una pregunta.
¿Por qué hay tantos gatos en los cementerios?
Yo no pienso contestar.
Pero ustedes vayan.
Caminen, obsérvenlos.
Andan por todos lados.
Es muy probable que no tengan ganas de acariciarlos.
Pero si pueden, miren sus ojos.
Se sorprenderán.
El cementerio, me parece un lugar agradable para pasear.
Hay muy poca gente, hermosos arboles, el ruido del transito ni se escucha.
Además, es bueno ir acostumbrándome.
Hay una ligera probabilidad que algún día, quizás, yo tenga que hacer cambio de domicilio y pasar algún tiempo viviendo (¿?) en un cementerio.
Puedo caminar despacio, leyendo nombres, fechas, recordatorios.
Todas las lapidas demuestran un enorme amor.
Es raro que no haya gente mala entre los difuntos o por lo menos que nadie tenga que recriminar algo.
No sé, una traición, alguna mentira, una pequeña deuda.
Son todas loas y alabanzas.
También me interesa mirar las dos fechas que figuran en casi todas las lapidas.
Y hacer cálculos.
En algunos tumba hay matrimonios.
En estos casos, el caballero no le cede el paso a la dama.
En la mayoría muere el hombre primero.
Y bastante años después, la viuda inconsolable, acepta hacerle compañía.
La cosa es que llega un día, una edad, que estas tan cansado, te duele tanto el cuerpo, no hay nada en la tele, lo único que queres es que el sufrimiento termine.
Lo pensas mucho y a veces los decís en voz alta: “esto no es vida”, “no aguanto mas”, “para vivir así prefiero la muere”.
Entonces, La Muerte viene.
Con Su herramienta, tan original y anacrónica.
Con sus huesos y su ropita raída.
Y es en ese momento que uno se muere.
Entonces, dicen:
“- Descansa en paz el sueño eterno”.
Parece confortable, cómodo.
Una verdadera publicidad de colchones.
Colchones El Sueño Eterno
Y uno no esta más.
Suena raro.
No estar.
No hay mas tiempo, no hay mas días.
Queda un recuerdo que se ira borrando
Un dolor que pasara mas o menos rápido.
Y ya esta.
De alguno quedara un libro, un adelanto científico, una guerrita ganada.
Y entonces te convertirás en el nombre de una calle, de una escuela, de un pueblito polvoriento, con gente durmiendo la siesta.
Y en pocos años los estudiantes tendrán que aprender y repetir de memoria los datos más fastidiosos y menos interesantes de tu vida.
O habrá un monumento que cagaran los pájaros y los amantes usaran como lugar de encuentro.
Algo de tu material genético, de tu energía, seguirá expandiéndose con las galaxias.
También hay la posibilidad del Dalai Lama o El Paraíso con vírgenes y miel.
Ni mencionar el fuego y las cadenas. Por favor, estamos entre gente decente.
Pero hay una pregunta.
¿Por qué hay tantos gatos en los cementerios?
Yo no pienso contestar.
Pero ustedes vayan.
Caminen, obsérvenlos.
Andan por todos lados.
Es muy probable que no tengan ganas de acariciarlos.
Pero si pueden, miren sus ojos.
Se sorprenderán.
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